U2.S5. ACTIVIDAD 2. MARCO TEÓRICO

MARCO TEÓRICO
1.    Biotecnología aplicada a la alimentación y salud humana.
2.    Aplicaciones de la ingeniería genética (biotecnología)
3.    Alimentos funcionales y biotecnología
·         La biotecnología en plantas y aspectos biotecnológicos del mango
·         Un almuerzo transgénico reductor del colesterol, hipertensión, riesgo de cáncer y alto en omega-3.
4.    Manifiesto vegano ¿por qué debemos apoyar los alimentos transgénicos y la investigación en biotecnología?
5.    Éxitos transgénicos: la insulina








1.    Biotecnología aplicada a la alimentación y salud humana

Los alimentos de origen vegetal son las principales fuentes de nutrientes para gran parte de la población mundial, siendo imprescindible para el sustento de la salud y bienestar (1). Con el fin de aumentar la calidad nutricional de las especies vegetales, se están realizando investigaciones para comprender y manipular las vías metabólicas de macro y micronutrientes, también su biodisponibilidad, o sea, cantidad de nutrientes absorbidos y utilizados por el organismo (2). La ingeniería genética tiene una importante función al tratarse del perfeccionamiento y mejoramiento de alimentos funcionales, lo que no sólo implica investigaciones biológicas y tecnológicas, sino también normativas y de comunicación ética (3). La biotecnología es una ciencia multidisciplinaria que se basa en la obtención de bienes y servicios utilizando los procesos biológicos y el conocimiento sobre las propiedades de los seres vivos (4). La biotecnología aplicada a los alimentos no sólo tiene como finalidad aumentar la producción, mejorar o modificar la funcionalidad, sino también atender la demanda de los consumidores para productos más seguros, frescos, y sabrosos (2). Muchos alimentos con propiedades funcionales están siendo estudiados e investigados por científicos de todo el mundo. Entre ellos destaca: la soja con contenido elevado de isoflavonoides, el ácido oleico, omega 3 (5); granos oleaginosos enriquecidos con ácido esteárico; papa con mayores niveles de aminoácidos esenciales (6); tomate con un elevado contenido de licopeno con propiedad antioxidante que ayuda a prevenir el cáncer y enfermedades del corazón; arroz con un mayor contenido de beta caroteno, que estimula la producción de vitamina A; arroz, trigo y alubias con más hierro, importante para combatir la anemia. Otras aplicaciones biotecnológicas incluyen el desarrollo de granos con cantidades elevadas de vitamina E, la cual estimula el sistema inmunológico, frutas con mayor contenido de vitamina C. También por medio de la ingeniería genética, ha sido posible desarrollar vegetales que expresan antígenos, conocidos como vacunas comestibles (7). El uso de la biotecnología para el desarrollo de variedades promueve beneficios inmensos, los cuales se relacionan con la sustentabilidad implicando una mayor producción de alimentos, con mayor calidad y valor nutricional, lo que influye en el futuro desempeño económico de los países y en la condición nutricional de sus poblaciones (2). En ese contexto, este artículo de actualización tuvo como objetivo abordar las 95 aplicaciones biotecnológicas en los alimentos y los beneficios que proporcionan a la salud humana.


En la primera generación de productos agrícolas biotecnológicos fueron incorporadas características favorables a las necesidades agronómicas. Estas incluyeron el desarrollo de vegetales con mayor resistencia al transporte y almacenamiento; semillas resistentes a plagas, agroquímicos, metales tóxicos del suelo, al frio y otros estreses abióticos (19,20). A consecuencia de los avances científicos, los investigadores propusieron utilizar la tecnología para desarrollar alimentos más nutritivos, dando prioridad a los beneficios para el consumidor. Muchos de ellos se encuentran en la categoría de “alimentos funcionales”, pues proporcionan elementos nutritivos adicionales, si son comparados a su contraparte convencional (5). Alimentos que fueron mejorados genéticamente y otros que aún están siendo perfeccionados serán expuestos a continuación. a) Granos oleaginosos más saludables Varias investigaciones indican que el consumo de granos de soja traen diversos beneficios para la salud como la reducción de los síntomas de menopausia (21); reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares (22); reducción de riesgo de algunos tipos de cáncer (23); aumento de la densidad ósea en mujeres postmenopausicas (24). Alimentos que tiene como base la soja poseen una fuente natural de isoflavonoides, un fitoestrógeno que puede ser responsable por muchos de estos beneficios. Se cree que los isoflavonoides (como la genisteína) tienen efectos semejantes al del estrógeno en el organismo, al presentar una estructura química semejante a la de los dos receptores de estrógeno, alfa (ERa) y beta (ERβ) (25). Pequeñas cantidades de granos de soja con elevado contenido de isoflavonoides pueden proporcionar más beneficios a la salud cuando son comparados con granos de soja convencionales en la medida que la cantidad ingerida deba ser mayor para obtener los mismos resultados. Actualmente, granos de soja con gran cantidad de isoflavonoides se están desarrollando por medio de la ingeniera genética y esa nueva variedad tendrá aproximadamente cuatro veces el contenido normal de isoflavonoides de los granos de soja convencionales. Granos de soja con alto contenido de isoflavonoides deberán Biotecnologia aplicada a la alimentacion y salud humana 96 comercializarse después del año 2016 (5).

Las técnicas biotecnológicas propician beneficios inmensos, teniendo grandes posibilidades de solucionar muchos de los problemas de mala nutrición y hambre mundiales en la medida en que optimizan la calidad nutricional de los alimentos. La inclusión de alimentos genéticamente modificados con mejores propiedades funcionales y nutricionales en el menú popular proporcionarían una alta contribución para la salud y prevención de enfermedades. Es importante resaltar que hasta el momento, los productos transgénicos han sido exhaustivamente probados, regularizados, fiscalizados en cuanto al cumplimiento de las leyes y recomendaciones de las agencias gubernamentales mostrándose seguros. Los esfuerzos y las investigaciones han visado la utilización de la biotecnología para la producción de alimentos los que están creciendo significativamente, pero todavía existe resistencia de la sociedad en relación a la aceptación de estos productos. Igualmente con las diferencias ideológicas, existen objetivos comunes entre las personas, a ejemplo de la producción en abundancia de alimentos con elevada calidad nutricional, a precios accesibles y con un daño mínimo al medio ambiente. Asimismo, la información científica es una de las maneras de garantizar a la sociedad que la biotecnología aplicada a los alimentos puede de manera segura promover beneficios para la salud y alimentación humana.

2.    Aplicaciones de la ingeniería genética
En la actualidad, en el área médica se utilizan una serie de proteínas provenientes de organismos transgénicos (técnicamente proteínas recombinantes) para el tratamiento de distintas enfermedades. Por ejemplo, la diabetes es tratada con  insulina humana producida en bacterias (es decir insulina obtenida a partir de bacterias transgénicas) permitiendo tratar esta enfermedad a bajo costo.
Existe una diversidad de proteínas recombinantes que se emplean como fármacos para el tratamiento de diversas patologías en seres humanos. También pueden producirse antígenos y anticuerpos como proteínas recombinantes, que se emplean en sistemas de diagnóstico de diversas enfermedades en Chile y el mundo.
Por otro lado, algunas enzimas y aditivos utilizados en el procesamiento de los alimentos se obtienen desde hace años mediante técnicas de ADN recombinante, es decir se obtienen a partir de organismos transgénicos.
Por su parte, la modificación genética en la fabricación del vino se ha aplicado a las levaduras viníferas. Existen algunas levaduras transgénicas que permiten  la producción de ácido láctico para mejorar problemas de baja acidez. Otro ejemplo son las levaduras transgénicas que llevan a cabo la fermentación maloláctica (conversión del ácido málico en ácido láctico), la cual produce una disminución de la acidez y una mayor estabilidad microbiológica del vino. También existen levaduras transgénicas capaces de incrementar los aromas varietales por medio de la liberación de terpenos.
En el caso de la producción de cerveza se ha incorporado a las levaduras genes procedentes de Trichoderma reesei o de T. longibrachiatum que expresan una enzima β-glucanasa que resuelve un problema importante de la fabricación de la cerveza como es el representado por la colmatación y acúmulo de β-glucanos procedentes de la cebada, que exige la limpieza de los tanques y un importante gasto desde el punto de vista técnico.
También se han obtenido cepas de levadura de cerveza que portan un gen de S. diastaticus que expresa una glucoamilasa, la cual se caracteriza por degradar las dextrinas y el almidón, responsables de la gran carga energética de la cerveza (especialmente de algunos tipos) obteniéndose de esta manera un tipo de cerveza baja en calorías.
En la actualidad se investiga, también, cómo obtener alcohol procedente de maíz, no a partir de la fermentación del almidón del grano, sino a partir de restos de hojas, cañas y otros residuos fibrosos que permanecen en el campo después de la cosecha, mediante la utilización de una levadura modificada genéticamente que, además de la glucosa, también degrada la xilosa.








  




3.    Alimentos funcionales y biotecnología
El estilo de vida contemporáneo provoca un fuerte impacto en los hábitos alimentarios, con un consumo creciente de alimentos procesados y comidas rápidas cuyos efectos adversos sobre la salud son claramente perceptibles. La comida en el mundo occidental está asociada al placer, de modo que el compromiso entre la gratificación y la salud es un dilema en nuestra sociedad. Los problemas de salud asociados a hábitos alimentarios: diabetes, cáncer, fallas cardíacas, alergias y obesidad, afectan por igual a adultos y niños y tienen un profundo impacto en países en vías de desarrollo donde los efectos nocivos resultan más evidentes que en países desarrollados debido a las limitaciones económicas (Ezzati et al., 2005). Es en este contexto han surgido los alimentos funcionales como aquellos que proveen beneficios a las salud más allá de su función nutricional, por lo que se les denomina también alimentos saludables. Este tipo de alimentos tiene una larga tradición en países orientales donde muchos alimentos tradicionales han sido reconocidos como promotores de la salud. El término alimento funcional fue acuñado en Japón en la década de 1980 y en 1991 el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de dicho país definió un conjunto de normas para la denominación de una categoría especial de alimentos promotores de la salud, denominados FOSHU (alimentos para usos específicos en salud). Tal concepto se refiere a alimentos que contienen ingredientes con funciones saludables para los cuales se aprueba que declaren sus efectos fisiológicos en los consumidores. Intentando una mayor precisión, los alimentos son considerados funcionales si, más allá de su efecto nutricional, favorecen una o más funciones fisiológicas en el cuerpo humano, mejorando la condición física general y/o reduciendo el riesgo de enfermedad. Un aspecto esencial es que la cantidad y forma de consumo debe ser la habitual en la dieta, por lo que el alimento funcional es ante todo un alimento y no un fármaco. No obstante, los alimentos funcionales pueden contribuir a la prevención y tratamiento de enfermedades en cuyo caso se les denomina nutracéuticos. Es claro que las tendencias de nuestra sociedad contemporánea y la evolución demográfica aconsejan el consumo de alimentos funcionales, lo que hoy puede considerarse una tendencia sostenible a nivel mundial y no una moda pasajera, según lo avala el creciente número de ellos que ingresan al mercado consumidor cada año (Bigliardi y Galati, 2013). La gran relevancia que han adquirido los alimentos funcionales queda claramente establecida en una reciente publicación (Boye, 2015) que trata de manera exhaustiva el tema dando especial énfasis en los desarrollos y desafíos tecnológicos Existe una conciencia creciente entre los consumidores de la importancia de la dieta en el estado de salud, lo que se ve acentuado por el envejecimiento de la población y el incremento de la expectativa de vida, fenómeno que no es patrimonio de los países desarrollados y que se observa también claramente en los países de nuestra América Latina. Este escenario genera a la vez una gran oportunidad y un gran desafío para la industria alimentaria sobre la cual recae la responsabilidad de responder a la creciente demanda por alimentos funcionales. La industria alimentaria no es considerada un sector de gran dinámica en investigación y desarrollo, de modo que los alimentos funcionales representan para el sector una importante palanca de desarrollo; en efecto, una parte significativa de la evolución experimentada por la industria alimentaria está ligada al desarrollo y sustitución de productos basado en consideraciones nutricionales y de salud y al cumplimiento de las disposiciones que los regulan (Annunziata y Vecchio, 2011). Los alimentos funcionales pueden ser alimentos naturales, alimentos a los que se les ha adicionado, removido o modificado algún componente o a los que se les ha modificado la biodisponibilidad de alguno de ellos. Un claro ejemplo de alimento funcional es la leche deslactosada en la cual la lactosa ha sidoremovida mediante su conversión enzimática a glucosa y galactosa permitiendo el consumo de leche a personas intolerantes a lactosa, fenómeno que afecta a una parte significativa de la población en nuestros países latinoamericanos. Inicialmente los alimentos funcionales se referían principalmente a la fortificación con vitaminas y minerales; más tarde la fortificación con nutrientes como fibra soluble, fitoesteroles y ácidos grasos omega-3 ganó en importancia (Siró et al., 2008); actualmente son muchos los productos en el mercado considerados alimentos funcionales. Un aspecto crucial en alimentos funcionales es la reglamentación y declaración sobre sus efectos saludables, lo que varía significativamente de un país a otro. En la Unión Europea el énfasis está en las regulaciones en cuanto a seguridad de consumo, mientras que en Estados Unidos de Norteamérica se da especial relevancia a la declaración de sus efectos. Este problema no es trivial, ya que si bien estos alimentos o sus componentes pueden aliviar o prevenir enfermedades, por lo general no existe evidencia científica suficiente para identificar el ingrediente efectivo y substanciar su eficacia y seguridad de uso. Al no haber una rigurosa regulación sobre alimentos funcionales en muchos países resulta entonces difícil poder determinar la validez científica de la declaración de los efectos saludables (El Sohaimy, 2012). La aceptación por parte del consumidor es un aspecto clave en los alimentos funcionales, los que en general no son percibidos como una categoría separada de los alimentos naturales, lo que resulta favorable; sin embargo, la aceptación no es incondicional y la apariencia y calidad del producto, así como la claridad de su declaración, son aspectos importantes en su aceptación. Se ha señalado que el nivel educacional, el origen geográfico y el género son variables en relación a la percepción y que la actitud de médicos y dietistas es importante (Cha et al., 2010). Una parte importante de los alimentos saludables actualmente en el mercado se vinculan a la industria láctea, siendo también destacables los rubros panadería, alimentos infantiles, confites y refrescos. Una parte significativa de los alimentos funcionales apuntan a promover la salud intestinal, que es una determinante muy importante de la salud general. Por ello, dentro de los alimentos funcionales, los probióticos y prebióticos adquieren especial relevancia. La Organización Mundial de la Salud (WHO) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Naciones Unidas han definido los probióticos como: “microorganismos vivos que, administrados en dosis adecuadas, confieren beneficios en salud al hospedero”. Muchos microorganismos son potencialmente probióticos, pero tal condición está principalmente asociada a los géneros Bifidobacterium y Lactobacillus. Los requisitos para que un microrganismo sea considerado probiótico son su supervivencia en su paso por el tracto gastrointestinal y la comprobación científicas de los beneficios en salud que confiere a su hospedero. Debe ser comprobadamente no patogénico, estable genética y fisiológicamente en su lugar de acción y durante todo el proceso de su elaboración y almacenamiento en la matriz alimentara que lo contiene, y ser su proceso de producción escalable a nivel industrial. Diversos beneficios han sido declarados para los probióticos, la mayor parte de ellos referidos a salud intestinal: alivio de intolerancia a la lactosa y síndrome de colon irritable, prevención y reducción de diarreas, reducción de riesgos de cáncer intestinal, reducción del colesterol sanguíneo, estimulación de respuesta inmune e inhibición de patógenos del tracto gastrointestinal, entre otros (Vasiljevic y Sha, 2008). No obstante, se trata en su mayor parte de estudios considerados preliminares en la medida que aún resta mucho por conocer respecto a los mecanismos de acción de los probióticos, los que han sido planteados principalmente en base a estudios in-vitro cuya predictibilidad de acción in-vivo es discutible. Los prebióticos actúan principalmente a nivel intestinal, aunque se ha observado en algunos casos efectos benéficos a nivel sistémico (Kellow et al., 2014). La correcta dosificación y frecuencia de consumo es quizás el aspecto menos claro en el uso de prebióticos; la dosis recomendada debería basarse en estudios de eficacia en humanos, pero ésta depende de muchos factores cuyo efecto es difícil de determinar o predecir. A pesar de ello, del insuficiente conocimiento sobre mecanismos de acción, de la insuficiente documentación sobre los efectos saludables provocados y de la escasa claridad sobre aspectos regulatorios, el mercado de los próbióticos experimenta un crecimiento acelerado en sincronía con la tendencia mundial hacia una alimentación saludable, lo que se ve amplificado por su creciente uso en alimentación de animales domésticos y de crianza. El desarrollo de los probióticos ha estado fuertemente impulsado por los avances en biotecnología. Nuevas cepas probióticas aisladas de nichos naturales y probióticos producidos por organismos genéticamente manipulados (GMO) han ampliado el espectro de organismos con propiedades probióticas mejoradas para su incorporación en alimentos funcionales. El uso de GMO ha sido hasta ahora escaso debido a la reticencia de los consumidores, quienes en principio están dispuestos al uso de GMO para el tratamiento de enfermedades severas, pero difícilmente para su uso como promotores de salud (Gupta et al., 2014). Como en otras situaciones, tal reticencia debería ir gradualmente disminuyendo en la medida que la seguridad del consumo esté sólidamente sustentada. Por otra parte, los avances en el conocimiento de los mecanismos de acción probiótica y la dinámica de poblaciones a nivel intestinal está fuertemente vinculado a técnicas desarrolladas en biotecnología como la amplificación génica mediante PCR, la electroforesis en gel con gradiente desnaturalizante (DGGE) y la hibridación fluorescente in situ (FISH).
3.1.       La biotecnología en plantas y aspectos biotecnológicos del mango

Los principales problemas a los que se enfrenta la industria agrícola son ocasionados principalmente por la competencia de las plantas con las malezas, el ataque de patógenos tales como bacterias, hongos o virus, y el ataque por plagas de insectos, roedores y aves. Todo esto ocasiona la reducción del volumen de cosecha y la consecuente pérdida económica para los productores de granos, frutas y hortalizas. Muchas son las técnicas tradicionales de cultivo que se han empleado para contrarrestar dichos problemas. Entre ellas se encuentran el uso de productos químicos (fungicidas, insecticidas, herbicidas, etc), trampas, control biológico y el mejoramiento tradicional mediante la selección de variantes y de líneas resistentes (Gómez-Kosky, 1998). En poscosecha, las técnicas más comunes para la conservación de productos perecederos son la refrigeración, el encerado, los tratamientos químicos, la irradiación, el tratamiento hidrotérmico y la aplicación de ceras y atmósferas controladas (Carrillo-Ló- pez y Félix, 1996) Sin embargo, muchas de estas tecnologías cuando son utilizadas inadecuadamente pueden ocasionar, en algunos casos, daños en los tejidos que pueden provocar una maduración irregular, daño por frío, etc. y en otros, la acumulación de residuos químicos, todo ello redundando en pérdidas económicas. Como alternativa, la biotecnología de plantas y en particular la transferencia de material genético, representa una herramienta potencial para resolver problemas agrícolas con el mínimo riesgo, debido a que es una tecnología limpia, donde solo es modificada aquella característica que se quiere contrarrestar (Singh y Sansavini, 1998). Los métodos biotecnológicos y moleculares ofrecen una alternativa a las técnicas convencionales debido a que permiten introducir uno o más genes para la corrección de deficiencias de cultivares líderes (Mehlenbaker, 1995). La transformación de genotipos altamente adaptados, y su producción, dependerá de la estabilidad de la integración del material genético foráneo al genoma de la planta, seguida por la propagación in vitro y la consecuente regeneración para producir plantas intactas que expresen la información deseada (Singh y Sansavini, 1998). Los altos niveles de productividad asociados con la agricultura moderna dependen generalmente de la protección de las especies cultivables contra la competencia de las malas hierbas, el ataque de virus, hongos e insectos. De ahí que desde finales de los años 40 estos agentes nocivos han sido controlados con el uso extensivo de productos químicos, trayendo consigo serios problemas agrícolas debido a su peligro potencial sobre los consumidores y sobre el ecosistema por el desarrollo de cultivares resistentes. La ventaja de la ingeniería genética en plantas es que provee de nuevos métodos de protección contra tales plagas, diminuyendo el potencial peligro del control químico (Fuller y Gallon, 1995). A continuación se mencionan algunas características que han sido manipuladas utilizando la biotecnología molecular con la finalidad principal de reducir las grandes pérdidas económicas en los productos hortofrutícolas.
Estrategias de transformación genética en plantas Las técnicas de transformación utilizadas para generar plantas transgénicas se listan a continuación (Glick y Pasternak, 1998).
- Transferencia mediada por el plásmido Ti de Agrobacterium tumefaciens. Este es un sistema excelente y altamente eficiente, limitado principalmente a plantas monocotiledóneas.
- Bombardeo con microproyectiles (biobalística). Técnica utilizada en un amplio rango de plantas y tejidos. Es un método fácil y económico.
 - Vectores virales. Una vía no muy efectiva para cultivos celulares y plantas completas.
- Transferencia directa a protoplastos. Puede usarse solo en protoplastos celulares de plantas que pueden ser regeneradas a plantas completas.
- Microinyección. Tiene uso limitado dado que sólo una célula puede ser inyectada. Además, requiere de entrenamiento altamente específico. - Fusión de liposomas. Puede ser utilizado sólo en protoplastos.
- Electroporación. Generalmente limitado a protoplastos. Regeneración de tejidos vegetales in vitro El cultivo de tejidos no es un prerequisito para llevar a cabo la transformación genética de plantas, pero es empleado en casi todas las prácticas comunes de transformación, para llevar la transferencia eficiente del gen y para la selección y regeneración de las transformantes (Gamborg y Phillips, 1995). En un sistema de cultivo de tejidos lo más importante es obtener un gran número de células regenerables que sean accesibles para la transformación genética y que puedan conservar la capacidad de regeneración durante la proliferación celular y los tratamientos de selección (Livingstone y Birch, 1995). No hay preferencia de utilizar la embriogénesis o la organogénesis en la regeneración de plantas transformadas.
-Embriogénesis somática. Es la formación de un embrión a partir de una célula sin que se haya dado la fusión de gametos. No es un fenómeno artificial y se le conoce en la naturaleza como una forma de apomixis llamada embrionía adventicia. La embriogénesis somática es un fenómeno biológico basado en la totipotencialidad de las células vegetales. Esta teoría expone la posibilidad de regenerar plantas completas a partir de cualquier célula de la planta, debido a que cada célula tiene la información genética necesaria para producir un organismo completo (GómezKosky, 1998). Los embriones somáticos se definen como una estructura bipolar producida de manera asexual, sin conexión vascular con el tejido madre. Contrariamente a los embriones cigóticos, los somáticos no contienen un nuevo juego de genes, sino que conservan la misma combinación genética del progenitor del cual es originario. Estas estructuras bipolares son capaces de crecer y formar plantas normales. El desarrollo de un sistema experimental para la regeneración de plantas vía embriogénesis somática incluye los siguientes pasos: inducción de embriones somáticos, desarrollo, proliferación, maduración, germinación y regeneración a planta completa (GómezKosky, 1998).
-Organogénesis. La organogénesis es un evento morfogenético que se caracteriza por su desarrollo unipolar, es decir, la formación de un primordio unipolar a partir de una yema, con el subsecuente desarrollo de aquel en un brote vegetativo, existiendo siempre una conexión entre los nuevos brotes y el tejido paterno. Estos brotes vegetativos son posteriormente puestos a enraizar en otra etapa, vía formación de primordios de raíces y el subsecuente enraizamiento final. En la organogénesis directa los brotes se forman directamente del explante y en la organogénesis indirecta lo hacen a partir de la formación de callos (Jiménez-González, 1998).


Aspectos Biotecnológicos del Mango
El mango (Mangifera indica L.) tuvo su origen en la India, donde ha sido cultivado por más de 4000 años. En México la introducción del mango tuvo lugar en 1779 (Mosqueda et al., 1996). Actualmente México ocupa el tercer lugar en producción, tras India y China, y es sin duda el país que mayor volumen exporta, siendo los EEUU, el principal país importador (www.fao.org). Las variedades actualmente cultivadas en México son Haden, Tommy Atkins, Kent, Keitt, Ataulfo, Zill, Sensation, Oro, Manila, Manililla y otros materiales criollos (Agrovisión, 1994). Las primeras cuatro variedades, y recientemente la Ataulfo, han sido las variedades con mayor demanda en el mercado de exportación (Agromundo, 1996; www.mangoemex.org.mx). La industria del mango se ve seriamente afectada por plagas y enfermedades. Es bien conocido que la antracnosis provocada por Colletotrichum gloeosporioides Penz es una enfermedad de alta dispersión e incidencia durante la floración y maduración de los frutos de mango, es controlada mediante la aplicación de productos químicos y en los frutos con el tratamiento hidrotérmico. Con respecto a las plagas, las moscas de la fruta son las plagas mas importantes para los productores de mango a nivel mundial y especialmente para México, por ser el principal exportador en el mercado internacional. El trampeo es la medida de control más importante, así como el tratamiento hidrotérmico para los frutos de exportación (Lizada, 1993).
La biotecnología tiene potencial para proveer soluciones alternativas a los problemas que angustian a los productores de mango. Los sistemas de regeneración in vitro pueden ser refinados para cada cultivar y ser utilizados en la propagación clonal de cultivares comerciales y en la conservación de germoplasma, así como durante la transformación genética. La transformación genética del mango puede generar plantas resistentes a enfermedades y plagas, resolver o minimizar problemas de precosecha y poscosecha. Esto ciertamente es una promesa, donde es necesario trabajar para el perfeccionamiento de los protocolos biotecnológicos y así poder solventar dichos problemas.

3.2.       Un almuerzo transgénico reductor del colesterol, hipertensión, riesgo de cáncer y alto en omega-3.
Actualmente las enfermedades cardiovasculares representan la causa número uno de muerte a nivel global, con alrededor de un 30% del total de muertes por año. Es por eso que, por ejemplo, la gente que sufre de enfermedades como la hipertensión arterial o desajustes metabólicos como un nivel alto de colesterol debe acudir regularmente al médico para controlar su estado de salud. El especialista normalmente le recetará los medicamentos adecuados y le recomendará cambios de estilo de vida, como realizar un mínimo de actividad física semanal y modificar la dieta, lo cual demandará eliminar y agregar ciertos alimentos al consumo diario.
Dentro de este contexto ¿Se imagina que el médico/nutricionista le recomiende comprar una variedad específica de tomate, arroz, brócoli o papa ya que puede controlar eficientemente su nivel de colesterol y presión arterial? ¿O incluso reducir el riesgo de cáncer? (otra enfermedad que también lidera las muertes anuales a nivel global). Bueno, alimentos como estos ya son una realidad gracias a la ingeniería genética, y no me refiero a esos típicos “alimentos populares” recomendados para ciertas enfermedades, sino a alimentos desarrollados a través de ingeniería genética y con propiedades saludables potenciadas y efectivas demostradas en estudios de laboratorio.
A pesar de que alimentos genéticamente modificados (GM) más saludables con propiedades reductoras del riesgo de importantes enfermedades ya han sido creados, su llegada a los platos de los consumidores lamentablemente será difícil, sobre todo por los complejos, injustos y arduos procesos regulatorios que sufren los cultivos GM, o transgénicos, en comparación a sus símiles convencionales – y no creo que sea necesario profundizar en la oposición ecologista que solo empeora lo anterior al difundir miedo y desconocimiento hacia los políticos encargados de confeccionar la legislación y en la población en general.
La realidad es que casi la totalidad de los cultivos transgénicos aprobados para uso comercial en el mundo hasta ahora, poseen propiedades útiles para los agricultores, mayormente resistencia a insectos o tolerancia a herbicidas, que si bien han reportados enormes beneficios económicos, sociales y ambientales, no otorgan ventajas que sean directamente percibidas por los consumidores. Sin embargo, eso está por cambiar.
Un científico japonés que ha hecho diversos trabajos interesantes con arroz GM es Fumio Takaiwa, del Instituto Nacional de Ciencias Agrobiológicas de Japón. Con su grupo reportaron en 2006 el desarrollo de un arroz GM con alta concentración del péptido RPLKPW, el cual redujo significativamente la presión sanguínea en ratas hipertensivas. En 2010 publicaron otro estudio donde aumentaron en un poco más del doble la expresión del péptido RPLKPW logrando un mayor efecto reductor de la presión en ratas hipertensivas, incluso con apenas un cuarto de la cantidad del cereal usado en el estudio del año 2006.
En 2009 el mismo grupo de Takaiwa publicó un estudio donde desarrollaron un arroz GM con 30 veces más GABA en relación a arroces no-GM, y tras 6 semanas de administración en la dieta de ratas hipertensivas se redujo la presión sanguínea en 20 mmHg, mientras que en ratas con rangos de presión sanguínea normal no hubo efecto reductor de la presión.
El Dr. Takaiwa no solo se queda en la hipertensión, si buscamos su nombre en PUBMED, podemos hallar más de 118 estudios y en su perfil de ResearchGate unas 226 publicaciones hasta el momento. Al explorar un poco, es posible observar que ha desarrollado variedades de arroz GM para otros objetivos y combatir diversos problemas de salud:
·         Colesterol alto: En 2011 creó un arroz GM con lactostatina, un penta-péptido derivado de la β-lactoglobulina de la leche de vaca, y con una actividad reductora del colesterol mayor que la de fármacos para tratar la hipercolesterolemia. La administración del arroz a ratas de laboratorio produjo una reducción notoria del LDL (“colesterol malo”) y un aumento del HDL (“colesterol bueno”). En 2011 logró producir cantidades mayores de lactostatina en el arroz GM. Posteriormente en 2014 publicó un nuevo estudio con un enfoque distinto: se produjo una acumulación en el grano de arroz de la sub-unidad alfa de la “beta-conglycinina”, una proteína de la soya con actividad reductora del colesterol. La administración del arroz a ratas de laboratorio produjo una signficativa reducción del LDL en el plasma sanguíneo.
·         Alergia: En 2009 desarrolló un arroz GM que tuvo éxito en eliminar la alergia al polen del cedro, causante de una fuerte reacción alérgica en el 20% de los ciudadanos japoneses. El arroz GM bloquea los síntomas como el goteo nasal y los estornudos que produce la alergia al polen del cedro japonés, a través de una modificación genética que produce las siete proteínas del polen de cedro responsables de las reacciones alérgicas más graves. Una vez en el intestino, las proteínas “amortiguan” la respuesta alérgica a través de la llamada “tolerancia oral”, un proceso controlado por los ganglios linfáticos, por el cual el sistema inmune “aprende” a no reaccionar de forma exagerada a elementos que reconoce como extraños, en este caso el polen. El arroz fue probado en  macacos, los cuales no presentaron ningún síntoma de alergia al polen de cedro, ni tampoco efectos secundarios por su consumo. Los científicos concluyeron que este tipo de arroz es seguro de usar como un antihistamínico para controlar la alergia al polen de cedro.
·         Asma bronquial: En 2009 trabajó en el desarrollo de un arroz GM que en su grano expresaba una fracción de un antígeno de un ácaro del polvo (Dermatofagoides pteronyssinus). Este arroz se administró en la alimentación de ratas (funcionando como “vacuna oral” al igual que para la alergia), y logró reducir significativamente ciertas citoquinas, así como diversas inmunoglobulinas y leucocitos que proliferan en las vías respiratorias durante el asma bronquial. En 2011 publicó un nuevo estudio donde replicó estos resultados.
4.    Manifiesto vegano ¿por qué debemos apoyar los alimentos transgénicos y la investigación en biotecnología?
Si necesitásemos un pescado, no sería necesario matar a ninguno para tener su ADN, solamente se necesita una célula y se puede utilizar PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para hacer miles de copias del gen en cuestión, para la I+D (investigación y desarrollo). No hagamos que lo perfecto sea enemigo de lo bueno; no obstante, en este caso los genes para producir omega-3 en cuestión llegarían a partir de algas – ya que los peces no los tienen. Sin embargo, el punto todavía se aplica a cualquier cultivo modificado con genes que se encuentran originalmente en animales.
Por otra parte, los rasgos que permiten preservar rendimientos, como la proteína Bt y la tolerancia a herbicidas, permite a los cultivos vencer pestes como insectos y malas hierbas de forma segura y efectiva, y hay cientos de estudios independientes para probarloEsto significa que menos tierra es necesaria para la agricultura, permitiendo de esta forma más hábitats para los animales alrededor del mundo. Además de eso la papa Innate de la empresa Simplot resiste el pardeamiento, los machucones y permite su almacenamiento a largo plazo, y recientemente se le sumó resistencia al hongo del tizón tardío, todo con el sello de aprobación de la FDA.

Estas características significan menos fungicidas, menos pérdidas de alimentos (en el campo, en la tienda y en el hogar), menos tierra necesaria para producir la misma cantidad de papas y cultivos más accesibles para el consumidor. Todos estos rasgos son buenos para la optimización de la agricultura para el medio ambiente y los consumidores, y son solamente algunos ejemplos de rasgos que pueden tener y están siendo utilizados en estos momentos. Imagine como podría ser si dejamos de dificultar esta increíble tecnología con regulaciones onerosas. Podríamos hacer mucho bien al mundo de la agricultura con innovaciones beneficiosas.
Adicionalmente la biotecnología podría generar productos animales sintéticos. Ya utilizamos levadura y bacterias modificadas para producir todo tipo de sustancias valiosas, desde insulina hasta las vitaminas en los comprimidos que yo personalmente uso en lugar de muchos alimentos. También se utilizan en la fabricación de muchos alimentos comunes, como casi todo el queso duro hecho en el mundo y muchas cervezas, aunque muchas leyes de etiquetado de OGM eximen a estos alimentos. El cuajo utilizado en el proceso de fabricación del queso solía provenir de terneros, haciendo que los microorganismos modificados sean una fuente que implica menos sufrimiento. No hay razón por la cual no deberíamos usar esta misma biotecnología para producir proteína de leche para hacer queso “libre de vacas” o para acelerar el crecimiento de cultivos celulares para hacer carnes sintéticas de laboratorio.
De hecho muchos grupos están trabajando en estos proyectos, y algunos no implican la ingeniería genética en absoluto. Memphis meats, New Wave Foods, y muchos otros grupos están haciendo el trabajo admirable de sacar a los animales de la agricultura, mientras alimentan al mundo de una forma más eficiente. Es extremadamente lamentable que la mayoría de los que se oponen en el camino hacía estos objetivos sean veganos, y que la ideología naturalista y el dogma reemplace su oposición a la explotación animal.
Biopsias inofensivas permiten la colección de células de animales donantes, y estas células se pueden utilizar para hacer toneladas de carne de hamburguesa. Si, leíste bien. La universidad de Maastricht en los Países Bajos tiene una excelente página de preguntas frecuentes sobre la carne cultivada en laboratorio. Incluso si la tecnología implicara la muerte de algunos animales para cosechar el medio del sustrato, no cambia el hecho de que es un beneficio neto para evitar la muerte de animales. Esta tecnología podría reducir el número de muertos desde el inimaginable número que hay hoy en día (trata de imaginar 10.000.000 muertes por año, es literalmente inimaginable), hacía un número de muertes muchísimo menor. Otra vez no hagamos lo perfecto enemigo de lo bueno, siendo puristas solamente vamos a perjudicar a los animales.
Otras tecnologías como las células madres pluripotente inducidas (células adultas transformadas en células madres) pueden sacar la implicancia de usar unos pocos animales en el cultivo celular y reducirlo hasta casi nada. Los científicos ya están desarrollando métodos de moldes a base de gel para remplazar el colágeno usado normalmente, junto con medios de cultivos libres de suero bovino fetalLa agricultura celular está progresivamente abandonando la dependencia de los animales para producir comida para alimentar el mundoEs importante para los veganos apoyar este tipo de tecnologías para respaldar la investigación que podría mejorar aún másNo puedo hacer suficiente hincapié en el punto de que ser puristas solamente perjudicará la causa, podemos hacer que la agricultura celular dependa lo menos posibles de animales, y, por lo tanto, sería un beneficio neto para los animales.

5.    Éxitos transgénicos: la insulina
Desde su descubrimiento, la insulina se ha convertido en una de las moléculas más estudiadas de la historia de la medicina. Como todos sabemos, la insulina es una proteína relacionada con la diabetes, una enfermedad que afecta a un amplio porcentaje de la población.
No obstante, el vínculo entre insulina y diabetes no ha estado siempre tan claro, de modo que inicialmente el único tratamiento conocido para controlar la diabetes era la ingestión de una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas y grasas, que actúan retrasando la asimilación de los azúcares.
No fue hasta 1922 cuando se administró por primera vez insulina para tratar la diabetes, concretamente un extracto de hígado de ganado que, debido a las impurezas presentes, producía grandes reacciones alérgicas. Los experimentos avanzaron, intentando encontrar la dosis exacta necesaria para una correcta respuesta del organismo, obteniendo resultados más o menos satisfactorios.
La revolución se inicia en 1926, año en que se consigue la cristalización de la proteína (1). Posteriormente, en 1955, Sanger consigue descifrar su composición (2), obteniendo que estaba formada por dos cadenas de 21 y 30 aminoácidos (cadenas A y B, respectivamente) unidas por puentes disulfuro establecidos entre varios residuos de cisteína. El conocimiento de la secuencia y estructura de una molécula es vital, pues ayuda a entender cómo funciona en el organismo, las interacciones que se producen… Hay que destacar que la insulina fue una de las primeras proteínas cristalizadas, y la primera en ser secuenciada.
Por aquel entonces, 60 años después del primer ensayo realizado en humanos, la insulina que se administraba a los diabéticos se obtenía de vacas y cerdos, con un efecto muy similar al producido por la variante humana, pero también con numerosos problemas de tipo alérgico derivados de las impurezas con las que se obtenía, como por ejemplo erupciones cutáneas. En 1963, la insulina se convirtió en la primera proteína en ser sintetizada in vitro, por Meinhofer y colaboradores(3) , pero con un rendimiento bastante pobre, lo que impedía su utilización masiva contra la diabetes.
Así llegamos a la insulina recombinante ya que, en el año 1978, gracias al desarrollo de la ingeniería genética se consigue la síntesis de la insulina mediante técnicas biotecnológicas4 (una vez más, es la primera proteína en la que se llevan a cabo).
El procedimiento llevado a cabo fue muy ingenioso, utilizando las bacterias Escherichiacoli(E. coli para los amigos) como factorías en miniatura para producir de forma separada las cadenas A y B de la insulina humana, introduciendo para ello los genes que las codifican en las bacterias mediante un vector (pBR322). Posteriormente se llevaba a cabo la purificación, plegamiento y unión in vitro de las cadenas, mediante la oxidación de las cisteínas para formar los puentes disulfuro de la proteína activa.
El resultado fue una insulina humana (denominada comercialmente Humulin), más barata de producir, potente y segura, ya que no mostraba los problemas que producían las homólogas animales. Empezó a distribuirse a principios de los años 80 como tratamiento contra la diabetes, siendo (una vez más) la primera proteína recombinante aprobada como medicamento.
Hoy en día, prácticamente todos los diabéticos son tratados con algún tipo de insulina recombinante, pues se han conseguido numerosos análogos con diferentes cualidades (de efecto retardado, más potente…).

No obstante, la investigación no termina aquí. En los últimos años se está consiguiendo que otros organismos genéticamente modificados produzcan insulina humana, con numerosas ventajas. Por ejemplo, científicos argentinos han obtenido vacas transgénicas que producen leche enriquecida en pro-insulina humana5, que evitarían tener que purificar la proteína, pues únicamente habría que consumir la leche. Lo mismo ocurre con el cártamo (Carthamus tinctorius L., azafrán bastardo), que se ha modificado para que produzca insulina humana en sus semillas. 

  • BIBLIOGRAFÍA 

·         Dos Santos Silva, D., & Endres da Silva, L., & do Amaral Crispim, B., & Oliveira Vaini, J., & Barufatti Grisolia, A., & Pires de Oliveira, K. (2012). Biotecnologia aplicada a la alimentación y salud humana. Revista Chilena de Nutrición, 39 (3), 94-98. 


·         Peña, D. (2016). Manifiesto vegano ¿por qué debemos apoyar los alimentos transgénicos y la investigación en biotecnología?, http://www.siquierotransgenicos.cl/2016/08/08/manifiesto-vegano-por-que-debemos-apoyar-los-alimentos-transgenicos-y-la-investigacion-en-biotecnologia/

·         Aplicaciones de la ingeniería genética. (2015). http://www.chilebio.cl/aplicaciones-de-la-ingenieria-genetica/

·         Norero, D. (2015), Un almuerzo transgénico reductor del colesterol, hipertensión, riesgo de cáncer y alto en omega-3. http://www.siquierotransgenicos.cl/2015/09/10/un-almuerzo-transgenico-reductor-del-colesterol-hipertension-riesgo-de-cancer-y-alto-en-omega-3/

·         Planelles,V. (2012). Éxitos transgénicos: la insulina. http://naukas.com/2012/01/05/exitos-transgenicos-la-insulina/

·         Rivera-Domínguez, M. (2006). La biotecnología en plantas y aspectos biotecnológicos del mango. Interciencia, 31 (2), 95-100. 

·         Illanes, A. (2015). Alimentos funcionales y biotecnología. Revista Colombiana de Biotecnología, XVII (1), 5-8. 


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